Freud y el psicoanálisis

septiembre 08, 2010 0 comentarios

Sigmund Freud 

De todos los pioneros de la psicología, Sigmund Freud es, sin duda, el mejor conocido y el más controvertido. Como doctor en medicina, a diferencia de las otras figuras que hemos presentado, Freud estaba fas¬cinado por el sistema nervioso central. Pasó muchos años realizando investigación en el laboratorio de fisiología de la Universidad de Viena y sólo de mala gana se dedicó a la práctica de la medicina. Después de un viaje a París, donde estudió con un neurólo¬go que utilizaba la hipnosis para tratar los trastornos nerviosos, Freud estableció una práctica privada en Viena. Su trabajo con pacientes lo convenció de que muchas enfer¬medades nerviosas eran de origen psicológico más que fisiológico. Las observaciones clínicas de Freud lo llevaron a desarrollar una teoría amplia de la vida mental que dife¬ría de manera radical de las opiniones de sus predecesores.

Freud sostenía que los seres humanos no son tan racionales como imaginan y que el "libre albedrío" es en gran medida una ilusión. Mas bien, afirmaba, estamos motivados por instintos e impulsos inconscientes que no están disponibles para la parte racional y consciente de nuestra mente. Otros psicólo¬gos se han referido al inconsciente de pasada, como un almacén polvoriento de viejas experiencias e información que podemos recuperar cuando las necesitamos. En con¬traste, Freud veía al inconsciente como un caldero dinámico de primitivas pulsiones sexuales y agresivas, deseos prohibidos, temores y deseos indescriptibles y recuerdos in¬fantiles traumáticos. Aunque reprimidos (o escondidos para la conciencia), los impulsos inconscientes presionan sobre la mente consciente y encuentran expresión de forma disfrazada o alterada, lo que incluye sueños, peculiaridades, lapsus, síntomas de en-fermedad mental y actividades socialmente aceptables como el arte y la literatura. Para descubrir el inconsciente, Freud desarrolló una técnica, el psicoanálisis, en la cual el paciente se recuesta sobre un diván, cuenta sus sueños y dice cualquier cosa que le venga a la mente (asociación libre).
La teoría psicodinámica de Freud fue tan controvertida al inicio del siglo como lo había sido 25 años antes la teoría de la evolución de Darwin. Muchos de los contempo-ráneos de Freud se escandalizaron, no sólo por su énfasis en la sexualidad, sino también por su sugerencia de que a menudo no tenemos conciencia de nuestros verdaderos motivos y que, por ende, no tenemos pleno control sobre nuestros pensa-mientos y comportamientos. Por el contrario, los miembros de la comunidad médica de Viena en esa época, en general, tenían en alta estima la nueva teoría de Freud y lo no¬minaron para la posición de Profesor extraordinario en la Universidad de Viena. Las conferencias y los escritos de Freud atrajeron considerable atención en Estados Unidos y en Europa; su obra tuvo un profundo impacto en las artes y la filo¬sofía, tanto como en la psicología. Sin embargo, las teorías y los métodos de Freud continúan inspirando un acalorado debate.
La teoría psicodinámica, ampliada y revisada por los colegas y sucesores de Freud, estableció la base para el estudio de la personalidad y los trastornos psicológicos. Su revolucionaria idea del inconsciente y su descripción de los humanos como seres en una guerra constante consigo mismos se dan por sentado en la actualidad, al menos en la literatura y los círculos artísticos. Sin embargo, las teorías de Freud nunca fueron aceptadas del todo por la psicología dominante, y en las décadas recientes ha disminuido su influencia sobre la psicología clínica y la psicoterapia.